En una revelación excepcional durante la celebración del Día de Muertos, la Pirámide de Cholula sorprendió a los visitantes al abrir las puertas al “Altar de los cráneos esculpidos”, un descubrimiento arqueológico extraordinario que alberga los restos de una pareja indígena, datados hace alrededor de 1,000 años.
Los arqueólogos y los visitantes se reunieron en el recinto arqueológico de San Pedro Cholula, Puebla, para honrar a los antiguos con una ofrenda prehispánica, compuesta por alimentos tradicionales como chiktok, nacatltlale, itzmi y tzoalli.
En este “templo miniatura”, se descubrieron dos esqueletos cubiertos de barro y estuco, junto con sus respectivas ofrendas. Se especula que estos restos pertenecen a una pareja que vivió entre los siglos X y XI, representando una dualidad que se equilibraba mutuamente en la cosmovisión indígena.
La apertura de este espacio al público se realizó gracias a una gestión conjunta entre el Consejo Nacional de los Pueblos Originarios y el INAH, con el objetivo de preservar y compartir este valioso legado histórico y cultural.